Es una patología frecuente en la consulta ginecológica y del médico general,
llegando a afectar al 10-15% de las mujeres. Suele aparecer sobre todo en dos
épocas de la vida como la adolescencia. y Perimenopausia.
El 95 % de las adolescentes que solicitan atención médica por hemorragia
uterina excesiva, presentan ciclos anovulatorios por inmadurez del eje hipotálamo
–hipófisis- ovario (hemorragia uterina disfuncional); el 5 % restante presentan
alteraciones patológicas locales o sistémicas.
En la vida reproductiva aunque los ciclos anovulatorios son también causa
frecuente de trastornos menstruales, las complicaciones de la gestación, la
disfunción tiroidea, la hiperprolactinemia son más frecuentes. Una de las
alteraciones anatómicas más comunes es la leiomiomatosis (30% de las pacientes
con leiomiomas consultan por hemorragia). Al final de la vida reproductiva, los
ciclos anovulatorios pueden terminar en hiperplasia endometrial, por lo que todas
las mujeres mayores de 40 años o con factores de riesgo para carcinoma
endometrial que presenten HUA se las debe estudiar. La causa más común de
hemorragia en la postmenopausia es la atrofia endometrial, pero el carcinoma
endometrial se encuentra en el 20 % en este grupo de pacientes.
Las irregularidades menstruales se asocian con hipotiroidismo (23.4%) e
hipertiroidismo (21.5%). Las coagulopatías se asocian al 18% de los casos de
hemorragia uterina anormal en mujeres blancas y al 7 % en mujeres de raza
negra.
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